Lennon

                                                          David Foenkinos (Traducción de César Aira)

                                                          Alfaguara, 2014

                                                          200 páginas

 

 

Siempre hay una excusa para escribir sobre The Beatles. Una marca registrada que perdura y no tiene intención de agotarse. En esta oportunidad David Foenkinos novela al personaje más emblemático de la banda de Liverpool: John Winston Lennon. Ya lo había hecho Michel Mari con Rojo Floyd: introducirse a modo de falso documental y escarbar entre las ruinas emocionales de la banda. En este caso el autor de La delicadeza indaga en la figura de Lennon y lo ubica dentro de una estructura narrativa precisa: el personaje expone su vida en sesiones, donde el lector es un agente pasivo de la práctica psicoanalítica. Dieciocho encuentros donde el más carismático de los Beatles repasa su vida y la de la banda más famosa en la historia del rock hasta la fecha de su asesinato. Una novela escrita, según su autor, con las canciones de los Fav Four como cortina obligada. El libro a pesar de su condición ficcional ostenta una investigación que aún filtrada por la subjetividad del autor francés, merece ser mencionada: la documentación y testimonios acercan el libro a una biografía, aún cuando los recursos narrativos la ubican en el complejo mundo de la novela.

 

De los puntos relevantes de la historia resaltan sobre todo los vinculados a la infancia del ex Beatle: el sello imborrable de los desplantes y la displicencia amorosa de su madre, la esporádica relación con su padre y la rigidez educativa de su tía Mimi. Pero no solo se centra en la biografía familiar, también ahonda en los comienzos de la banda, la relación con Paul, con Yoko, y su actividad política que lo ubicó como uno de los portavoces de la disidencia opositora a las incursiones bélicas de Estados Unidos. El relato no tiene un orden cronológico, es la implosión emocional solo ordenada por el planeamiento de Foenkinos, quien con astucia organiza la tensión para no perder el eje de intimidad que requiere la historia.

 

Quizás hay algunos fragmentos que sobresalen por su densidad: “el cimiento del grupo es mi soledad”, “Julian nació al mismo tiempo que yo nacía al mundo”, “Mi encuentro con Yoko fue la anulación de mi vida anterior, al besarla me volví amnésico”.  Hay que ser justos y no desconocer que hay pasajes con información proveniente de otros libros, pero tampoco no resaltar escenas como la separación con su media hermana o la etapa modernista de The Beatles en Hamburgo. Quizás el libro merezca la atención de los fanáticos, también de los melómanos en busca del dato inhallable, pero la riqueza se encuentra en cómo está vertebrado el libro, cómo el testimonio se articula para crear una atmósfera creíble: no una mera licencia ficcional, sino una obra de literatura pura.